Os confieso que no me atrevo a hablar de las 17 películas que vi en Junio, y la perspectiva de las tardes calurosas y llenas de carros que descargar que me esperan no me motivan mucho para sentarme e ir desgranando todas las cosas que he visto, porque:
1.- No me parece interesante.
2.- Si me aburre a mi no quiero pensar lo que os puede llegar a aburrir a vosotros.
Así que como tantas otras cosas os hablaré de cine si, pero de una manera más intima y personal, ya sabéis que es como más cómoda me siento, charlando sin agobios sobre las reflexiones que me dejan las pelis que voy viendo.
Tengo la sensación de que las personas evolucionamos, para bien o para mal, cosas que en cierto momento no te llaman la atención de un día para otro se convierten en la sal de la vida. Algo parecido me ha pasado con las pelis de miedo.
No me gustaban, lo pasaba mal, no entendía la necesidad de ver algo que te hiciera pasar un mal rato… Y ¿que ha pasado? Pues que estoy viendo pelis de miedo (que no gores) a casco porro y las disfruto un montón. ¿Que me esta pasando? Creo que tengo que ser justa, no son pelis de mal rollo violentas o gores. No, son más bien historias que me mantienen pendiente y que me olvide del mundo.
Moon, The Witch o en menor grado La Invitación, que no me ha gustado, quizás porque no he terminado de entenderla, son ejemplos de ese cine que gracias a lo bien que manejan la tensión, mantienen al espectador al filo de lo que les están contando. Y eso siempre se agradece.
Los estrenos de cine han sido World of Worcraft, que supongo que no me acabo de convencer porque esperaba más, pero claro a favor de la cinta, he de decir que no tengo para nada bagaje de jugadora y seguro que se me escaparon detalles, por un lado esto y por el otro, el final me recordó mucho a Willow, aii mi querido Willow, es de esas pelis, que me marcaron como espectadora. Alicía a través del espejo, Gods of Egypt, Buscando a Dory, (de la cual me quedo más con el corto, Piper, por originalidad y emoción que con la propia secuela.) no me extiendo porque ya he hablado de ellas en el canal.
Por último con la sorpresa del mes, redoble por favor… Eddie The Eagle, por ser de esas películas que con casi nada se te meten en el corazón, te dejan con una sonrisa en la cara y les perdonas que sean un poco manipuladoras, porque hacen que vivas la historia junto a sus protagonistas.
Y hasta aquí, seguiré hablando de las sorpresas cinéfilas en el próximo post que si no, me queda siempre tremendamente largo.